Fotos por Guido Bajaña Yude
23H00. Empiezan a sonar los acordes de prueba para empezar el show. La banda que le va a abrir a los Biorn Borg son las Vírgenes Violadoras. ¿Qué tocan? Pues, digamos que son hardcore… Eran cinco, un baterista, dos guitarristas –uno de ellos es vocalista también, tiene puesto un vestido blanco, gafas y peluca- un bajista y un tecladista. Los dos últimos visten máscaras en sus rostros. La del bajista es totalmente blanca con dos cachos rojos y la del bajista simula una calavera, sacada de alguna ilustración de Tim Burton. “Hola Hola, somos las Vírgenes Violadoras, estamos aquí para abrirle los Biorn Borg…” Luego de eso, todo explota. El famoso pogo que habíamos predicho con mi novia nos sorprende por completo. Yo recibo un empujón que casi me hace caer hacia las pedaleras del guitarrista. En ese momento pienso: o me uno o muero aplastado por la masa, pero aún no quiero bailar, así que me dedico a proteger a mi novia, tomar fotos y resistir los empujones que van y viene. En la segunda canción que tocan se puede observar –y sentir, claro está- la agresividad de lo que ocurre en el mosh. Empujones, patadas, una botella de vidrio rota en el suelo, cerveza que lanzan desde el primer piso del bar, es todo caótico. ¿Hermosamente caótico? Aún no, eso vendrá después cuando las Vírgenes se bajen del escenario y suba el plato fuerte de la noche.
Todo se Destroza – 29.10.2010
El 29 de Octubre del 2010 a las 23H30 aproximadamente empieza el tercer concierto
la banda quiteña Biorn Borg en Guayaquil (anteriormente se habían presentado con Mamá soy
Demente y en la segunda ocasión con Ultratumba). Siendo desconocidos íbamos a ser víctimas de
rasgueos agresivos y baterías potentes. Con ustedes, Biorn Borg en acción… Cómo aún no lo ve
en T.V. y tampoco lo verá, esto solo se vive aquí y ahora. Hic et nunc.
Ser, déjame ser, yo quiero bailar, cada vez que salgo disfruta más de ser, en la oscuridad, un ente divagando…
Biorn Borg empieza a tocar, y con ello, Sofía empieza a cantar con la voz más dulce que pueden tener el grunge y el punk, pronunciado aquellas letras llenas de energía, miseria. Impulsadoras de liberación, saltar como si no te importase nada, recibir empujones y uno que otro codazo, saltar sobre las personas para hacer slam, gritar al aire y volver a brincar.
He sido amarrado tantas veces, mi pelo negro absorbe calor, otra vez me han cerrado la puerta, tengo cemento debajo de los huesos…
Si alguna canción me puede motivar a escribir cosas sobre la presión que ejerce la vida actual, aquella que busca la rapidez mientras ahoga al ciudadano común en ambiente tenue de miseria, es esta. Todos saltan mientras gritan la letra, yo me dedico a tomar fotos y dejarme llevar por esos acordes llenos de algún tipo de sentimiento reprimido por mucho tiempo y que ha esperado el preciso momento para estallar y hacer volar las mentes a más de 150 personas en un bar.
Me levanto con malos presagios en un día de sol, no ha llovido en cinco años enteros, mi vieja escucha rock n roll, en el patio quedan las últimas hojas de un sauce llorón...
La batería comienza a sonar con un beat que siempre te estimulará a bailar de la forma que quieras, entra la guitarra para acompañarla, Toño, el bajista, menciona lo increíble que ha sido tocar de nuevo en Guayaquil y recuerda al público como ha crecido la escena del rock en Ecuador. Uno puede percibir como a todos les salía el lado “groupie” gritando las letras de la canción. La sutil voz de Sofía hace un armonioso contraste al fuerte tono de Toño, el ambiente se esta poniendo hermosamente caótico. Al final de la canción, el bajista toma un poco de cerveza y el resto la lanza al aire para refrescar el sofocante calor humano que satura Diva.
Allá estás tú acá estoy yo, los perros callejeros no saben quien soy…
Si no empujas, te jodes. Si no saltas, te jodes. Si no gritas, te jodes. Si no haces nada de lo anterior, pagaste cinco dólares “por las huevas broder” y te jodes. Esta es la moraleja de la canción. Creo que estoy empezando a levitar, estoy empezando a convertirme en licuadora, estoy empezando a sudar rock n roll, creo que estoy en un concierto de Biorn Borg, en mi primer concierto de Biorn Borg.
Si no me arrepiento, te asesino, te asesino y camino, a través de ti…
Esta canción me sirve para descansar un poco, una balada viene bien después de tanto pogo . Al momento que llego al coro, y como por arte de magia negra, la situación se dio a como yo quería. En ese momento me convierto en un ente desconocido por mi conciencia. La mayoría de las personas en el público son más altas que yo, pero en el pogo eso no importa. ¿Quieres empujar? ¿Quieres gritar? ¿Quieres comportarte agresivo? Bienvenido al club.
Hay antenas de televisión, y tú me recuerdas lo que sientes por alguien más, mi sexto sentido de shaman jodido, me dice que todo va acabar mal…
El ambiente se tranquiliza momentáneamente. Las personas que estan o no bajo el efecto de alguna droga o bebida alcohólica se calman, sospecho que a más de uno le vienen recuerdos a la mente de aquella decepción que alguna vez tuvieron y en realidad ha penetrado sus sentimientos como una bala en la cabeza. Acordes afligidos, rasgueos de guitarra desesperanzados, un triste sonido de pandereta de fondo. En ese momento aparece viejo napo, quién de amores y desamores ha tenido un largo historial, desde una gringa loca hasta un amor de matasarno. Evidentemente borracho, busca sobre algo donde apoyarse para no ser estropeado por tanto alcohol que había ingerido previo al concierto. Al final de la canción es unísono escuchar a las personas gritar “hay antenas de televisión”. Por alguna razón mi novia me da un beso en la mejilla. Yo solo pienso que si Sofía no cantara esa canción no fuera tan triste…
Mata a los invitados de tu fiesta nupcial, después de dos años empieza la verdad…
El bajista grita “¡No se casen por iglesia cabrones! ¡Ni por el Estado!”. En ese momento me subo a la tarima para tratar de tomar fotos de diferentes ángulos. Me siento tan bien de haber regresado a tomar fotos de conciertos. Alguna vez alguien me dijo “Lo malo de ser fotógrafo es que no sales en el registro”, yo le respondí “no pero tú eres quién produce aquel registro”. En esta canción, un amigo que toda la noche se dedicó a tomar fotos al igual que yo se queda protegiendo a mi novia del violento movimiento de los asistentes del concierto, sin embargo, a lo lejos me doy cuenta que ella era también es de los empujones y la energía producida por los Borg. En ese momento pienso “mi novia también se sabe defender…” No puedo detenerme más y sigo tomando fotos. Lo bueno de esto es que la misma banda se presta para que le tomen fotos, es como si posaran esperando que el flash los deje ciegos y seguir con sus improvisados movimientos, es algo gracioso, hasta cierto punto.
Los ojos de la arpía, me miran y me miran, suavemente en la pantalla, muestra las tetas en televisión…
“Te he esperado todo el día, tarro de lubricación, olor a nuez moscada, interferencia del recogedor, fue una bomba, manda refuerzos, me voy a levantar, mermelada”. La vocalista, al terminar la canción lanza la botella de agua al público. Cómo esta vacía, su trayectoria es muy corta y termina en mi cabeza. Sofia Abedrabo me mira y me pide disculpas con una sonrisa. Es recíproco, le sonrío y le descargo una foto sobre su sonrisa. Digamos que el flash de mi cámara la deja enceguecida por algunos segundos, mi sutil venganza. Estamos a mano.
Los Borg se despiden, van a tocar su última canción a sabiendas que aún falta muchas más. “¡Toquen Iceborg chucha!” les grito con el misma atrevimiento que ellos tocan, el vocalista me escucha y dice “cierto, Iceborg no hemos tocado, vamos con Iceborg…”
Aquí nada malo puede pasar porque esta es tu fiesta, estos son tus amigos, yo no tengo amigos así, mis amigos son unos pájaros…
Decido grabar está canción en video y me es imposible. Que puedo decir, me gusta mucho estar en el relajo, gritar “arruinarte tu día especial”, perder el control y luego recuperarlo y decir “eso estuvo genial”, no puedo, lo admito ante Dios y ante la patria que no puedo quedarme tranquilo. Significaría ser hipócrita. Es genial ver como alguien se lanza de la planta alta del bar, no lo registro con la cámara, por obvias razones, pero está en mi memoria y compartirlo sería difícil.
Solo la moda cambia porque la moda no incomoda…
Las personas presentes en el bar tenemos algo en común, nunca nos cansamos de disfrutar cada instante. El bar se está perdiendo, está entrando en un hoyo negro y la mente no hace nada más que producir ganas de hacer mosh, y una de las cosas que no se puede evitar son los deseos, y si uno en realidad los quiere cumplir, suceden. Pienso en cómo el bar ha resistido tanta vibra en una sola noche, y los Biorn Borg lo piensan también y tocan su última canción.
Todo se destroza, todo se destroza, afuera hay jefes y monstruos pero no quiero trabajar…
“Cuidado que esta canción es heavy” le digo a mi novia. Ella me responde “esta es la última canción, ¿Qué podría pasar?” Y es verdad, ¿Qué podría pasar? Es sorprenderte como todos los que asistimos al concierto hacemos mosh como si recién empezara la noche. Es una locura sin control, ni los policías sublevados podrían hacer algo al respecto, todos comienzan a dar golpes, patadas y empujones. Yo me subo al escenario a incentivarlos ya que es la última canción. Me siento como si es mi última oportunidad, si no había gritado como quería, este es mi momento. Todo se destroza, digo, todo se destroza , pienso, todo se destroza es lo único que se escucha en el lugar. Todo llega a su clímax, mis piernas sacan fuerzas de la tercera rodilla que se me había formado por las patadas recibidas esa noche. Ya no importa nada, solamente disfrutarlo hasta que el último acorde deje de sonar y la banda se despida con infinitos agradecimientos. Destrozaron cabezas…